De Utopía . Leo Bassi 2009 |
A principios de 2009, cuando estrené UTOPIA, el Dow Jones había caído a 6500 puntos y el sistema Neoliberal se estaba hundiendo vistosamente. Saltándose todos los dogmas del libre mercado y de las teorías de Adam Smith, Barack Obama, el primer presidente afroamericano, se lanzaba a salvar empresas y bancas privadas con dinero público, nacionalizando hasta la General Motors en su afán de evitar el desastreeconómico.
Este hecho, imprevisible cuando comencé a pensar en mi nuevo espectáculo, crea un marco sorprendente e inmejorable para apreciar la fuerza de los argumentos de la más ambiciosa de mis obras: UTOPÍA, que trata del mundo olvidado de las verdaderas utopías progresistas decimonónicas, que teóricamente, siguen inspirando a nuestros partidos de izquierdas de hoy.
Mi intención era castigar, a la manera de los bufones, a mis antiguos compañeros ideológicos por su falta de pasión, recordándoles de dónde venimos políticamente y la importancia de defender nuestra tradición humanista frente a una derecha en auge.
De la necesidad de sacudir a la izquierda de su sopor me convenció lo que me empezó a suceder en España desde el 2006 con las representaciones de mi obra precedente, La Revelación. Por haber querido defender los principios de una sociedad laica, en un espectáculo ciertamente bufonesco pero construido sobre una base teórica muy seria, fui víctima de una brutal campaña de oposición por parte de la derecha nacional católica que culminó con el descubrimiento de una bomba en el Teatro Alfil de Madrid a pocos metros de mi camerino. Lo que más me impactó fue la tibieza en la solidaridad de ciertos ambientes progresistas, una posición comodona que consideraba como una molestia o de malgusto remover estas viejas batallas.
Doce meses después del estreno de UTOPIA, las cosas están aun más claras. Lejos de aprovechar la derrota del pensamiento y la filosofía neoconservadora, la izquierda, en un impresionante vacío de propuestas, ha dejado pasar esta ocasión sin proponer ninguna alternativa confirmando la imperiosa necesidad de un encontrar nuevos sueños con una nueva energía.
Así, la tesis central de UTOPIA es más actual que nunca: Hay que volver a la fuente del pensamiento de izquierdas, rejuvenecer nuestros valores o si no cualquier día descubriremos que hasta los principios de la Ilustración serán puestos en duda por el Nuevo Oscurantismo.
¡Vuelven los tiempos de las Utopías!
Una última palabra: La búsqueda del verdadero espíritu utópico me llevó sin remedio a la historia europea después de 1789. Una impresionante epopeya hecha de grandes movimientos sociales, de asombrosos adelantos científicos y artísticos y que acaba trágicamente en la primera guerra mundial. Es también un un viaje íntimo, donde consigo reconectarme con los orígenes circenses de mi propia familia, internacionalista y progresista como todo la gente de Circo de entonces... Y desde los rincones de la memoria un personaje se perfila luminoso y carismático , el rey incuestionable de la Pista, que más que Marx o Fourrier encarnó para el público decimonónico la concreción de todas las Utopías: El eterno Payaso Blanco.
www.leobassi.com
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